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Curiosidades de Las violetas del hambre

Estos cuentos fueron incluidos en la agotada edición de Cuentos Completos del poeta Oscar Acosta en el año 1997.

Ramón Amaya Amador los agrupó bajo el nombre de Las violetas del hambre cuando inició el proyecto de recolectar cuentos que había publicado sueltos (ver nota manuscrita de Amaya Amador más abajo). Otro título que utilizó para esta colección de cuentos fue La Abanderada según consta en los originales mecanografiados que se utilizaron para la edición de los Cuentos Completos.

No es la primer vez que Amaya Amador titulaba doblemente sus obras. Lo mismo ocurrió con Cipotes (Huellas descalzas en las aceras) y otros títulos.

En la libreta de anotaciones en la que el escritor sistematizó su producción literaria encontramos la siguiente referencia a Las Violetas del hambre:

Notas de Ramón Amaya AmadorLas Violetas del hambre = relatos

"El cuento y relato cortos deben ser una especie de síntesis de un asunto. La forma sencilla es la más adecuada.

El relato y cuento largos no deben pasar de 80 – 100 páginas a doble espacio. El ejemplo más propicio es El Destino de un hombre. El relato resulta mejor relatado en primera persona. Para el relato hay que buscar las fuentes reales. En la propia vida del escritor se encuentran muchos hechos dignos de relatarse. En la vida de cada persona, por muy insignificante que ella aparezca en la sociedad, algo positivo debe tener. Hay que buscar eso positivo, e, incluso lo negativo puede servir para la crítica y la educación."