Biografía

Arminda Funes

Arminda Funes, esposa de Ramón Amaya Amador, nació el 7 de septiembre de 1924 en Villa Viso,

Departamento de Pocho, en las sierras de Córdoba, Argentina. Su padre José Ildefonso Funes y su madre Martina Agüero. Sus hermanos: María Josefina, Magdalena, Virgilio, Alfredo, Nelly, Mario, Dolly.

De Villa Viso la familia Funes se trasladó a Salsacate, siempre en las sierras cordobesas. A la edad de 21 años, Arminda se trasladó a vivir a la ciudad de Córdoba. Atrás quedaba el hogar patriarcal y las privaciones propias de la vida del campo; en la Docta –segunda ciudad de Argentina, importante centro industrial, político y cultural– tuvo la oportunidad de continuar sus estudios y trabajar.

Como enfermera laboró en la Clínica de salud mental fundada por el Dr. Gregorio Bermann, uno de los impulsores de la Reforma Universitaria, nacida precisamente en Córdoba en 1919.

En 1955, conoció en la clínica a un hondureño refugiado en el país que le dio asilo político: Ramón Amaya Amador.

Tras el golpe de estado que derrocó al presidente Jacobo Arbenz en Guatemala, donde residía Amaya Amador huyendo de la dictadura cariista, el escritor recibió asilo político en Argentina gobernada por el General Juan Domingo Perón. Eran los duros años en que el imperialismo norteamericano complotaba con la burguesía argentina el derrocamiento del carismático presidente, que finalmente ocurrió en 1955.

La situación de los refugiados, aun siendo antiimperialistas, no era buena. Debían someterse a un régimen policíaco estando bajo vigilancia las 24 horas del día. Ramón Amaya Amador, que residía en Buenos Aires, logró con la ayuda de varios amigos intelectuales eludir dicha vigilancia viajando a la ciudad de Córdoba donde el eminente Dr. Berman le daría posada en su clínica.

A partir del año 1955 Ramón y Arminda inician un noviazgo que concluye en boda el 19 de enero de 1957, a la que asistieron familiares y compañeros de trabajo. Amaya Amador escribirá al viajar a Praga:

Recuerdo siempre que el Dr. Gregorio Bermann, cuando le informe sobre nuestro casamiento, me dijo: “Arminda es una buena muchacha y como todas las cordobesas, es seguidora: irá con usted a donde sea.” [Ramón Amaya Amador]

Y así fue. Sin dudarlo, Arminda, dejó atrás su familia, su trabajo y su país para viajar a Honduras en mayo de 1957. Se instalan en la calle La Fuente, en Tegucigalpa, donde se suman a la familia Aixa Ixchel y Carlos Raúl.

Cuando no ha terminado de adaptarse al clima y costumbres hondureñas, el 20 de abril de 1959 se encuentra empacando para iniciar un nuevo viaje. Esta vez al otro lado del Atlántico: a Praga, Checoslovaquia. Donde llegan el 26 de abril tras hacer escala en San Salvador, Guatemala, México, Nueva York, París y Zurich.

¿Cómo podía ella imaginarse siquiera que un día llegaría un desconocido de muy lejos para entrar en su corazón y en su vida, trastornar su normal desarrollo de trabajo de enfermera, tomar un avión y venir, también lejos, a tener dos hijos y, un día inesperado, con ellos a cuestas dejar Tegucigalpa y salir hacia el mundo, para ella desconocido, del socialismo? ¡Esto es la vida, este es el misterio del futuro de dos seres como nosotros! [Ramón Amaya Amador]

El nuevo hogar está en el barrio Zizkov, en la calle Koñevova, en un país con “un idioma bastante endiablado”.

El día ha sido muy agitado por la instalación. Esta es la tercera que efectuamos con Arminda. La primera fue en Córdoba al casarnos y ocupar la casa nueva que ella había logrado mandar hacer con su hermana Nelly. Entonces gastamos muchos pesos en muebles y cuánta cosa, para, en poco tiempo tener que abandonar o mal vender. La segunda fue en Tegucigalpa, entonces no quisimos comprar mucha cosa ni muy caras por la experiencia sobre eso y siempre para tener que abandonarlas después (en Olanchito al salir para Guatemala en 1946 dejando todo en mi casa y de lo cual nada recobré a mi regreso; a la salida de Guatemala para Costa Rica dejando todo en casa de doña Lolita; a la salida de Guatemala para Argentina en el año del desastre 1954; y ahora en Praga, haciendo nuevamente hogar.) [Ramón Amaya Amador]

Tiene oportunidad junto a Ramón y sus hijos de conocer la Unión Soviética, Alemania del Este, Bulgaria, Hungría.

La muerte de Amaya Amador la obliga a tomar una decisión: regresar a la Argentina, en ese año bajo la dictadura del General Onganía; o permanecer en Praga.

A su regreso a Córdoba, se instaló en la casa de Barrio Escobar, la misma de la fiesta de bodas 12 años antes.

Incursionó brevemente en la política en el Partido Comunista al que abandonó en el año 1973 por su apoyo al peronismo, en el cual ella no creía. La crisis económica la obligó a buscar trabajo desempeñándose nuevamente como enfermera particular, atendiendo enfermos, ancianas y a niños pequeños.

Con su trabajo, logró dar educación a sus hijos y mantener el hogar. En el año 1983 tras la Guerra de las Malvinas, Aixa Ixchel graduada de Maestra de Jardín de Niños obtuvo trabajo en Gobernador Gregores, en la provincia patagónica de Santa Cruz. En el año 1985, Carlos regresó a Honduras radicándose en Tegucigalpa, La Lima y posteriormente El Progreso.

Arminda continuó en Córdoba con el corazón partido entre el norte y el sur.

A fines del siglo dejó de trabajar y tuvo que decidir dónde vivir. Vendió su casa en Córdoba y se radicó en Gobernador Gregores, donde vivió hasta su muerte.

En 1988 regresó a Honduras. Estuvo en la colonia Torocagua en Tegucigalpa, se reencontró con Andrés Pineda (Andreo Neda) y visitó la escuela Ramón Amaya Amador en la colonia Santa Fé donde le hicieron un homenaje.

También estuvo en 1993. Esta vez en la Colonia Bendeck en El Progreso. En esta oportunidad la alcaldía de Villanueva le hizo un emotivo homenaje.

Su último viaje a Honduras fue en el año 2003. Nuevamente en El Progreso. Visitó Olanchito y se reencontró con las cenizas de Amaya Amador en la Casa de la Cultura. A la edad de 79 años estaba orgullosa de poder viajar sola desde el extremo austral en la Patagonia con un clima bajo cero con abundante nieve hasta el Caribe hondureño.

Arminda Funes, falleció el 26 de febrero del 2008 en Gobernador Gregores a la edad de 83 años, sus cenizas descansan en dicha ciudad.

Arminda en Villanueva, Cortes